
Si has llegado hasta aquí, probablemente es porque has escuchado hablar de Mercado Público o la frase que se repite como un mantra en el rubro: "El Estado es el comprador más grande de Chile". Y no es una exageración. Estamos hablando de un ecosistema que transa miles de millones de dólares al año y que representa una oportunidad de crecimiento real y sostenible para cualquier empresa, desde una pequeña PyME hasta las grandes corporaciones.
Sin embargo, sabemos que la primera vez que uno se enfrenta a la plataforma de Mercado Público, la sensación puede ser abrumadora. Códigos, siglas, bases administrativas, garantías, plazos fatales… parece un laberinto diseñado para confundir.
Por eso, en este artículo te vamos a desglosar todo sobre Mercado Público y cómo funciona, considerando los cambios en la Ley de Compras Públicas, para que entiendas al revés y al derecho qué es y cómo opera esta plataforma administrada por ChileCompra. ¡Olvídate del lenguaje críptico y entiende fácil todo!
Para entender cómo ganar, primero debemos entender dónde estamos jugando. Mercado Público es la plataforma transaccional donde se encuentran la oferta y la demanda. Es el lugar digital donde más de 850 organismos del Estado (desde un pequeño municipio en una zona rural hasta el Ministerio de Obras Públicas) publican sus necesidades de compra.
Por otro lado, existe la Dirección de Compras y Contratación Pública (ChileCompra), que es el organismo encargado de administrar esta plataforma y velar por que las reglas se cumplan.
El funcionamiento básico se rige por un principio simple: libre concurrencia. Esto significa que, salvo excepciones muy específicas y justificadas, cualquier empresa que cumpla con los requisitos puede ofertar. El Estado no puede elegir "a dedo" a su proveedor favorito (aunque existen mecanismos como el Trato Directo, que ahora están mucho más fiscalizados). Todo proceso debe ser público, transparente y auditable.
Aquí es donde tú entras. Al entender la lógica detrás de la plataforma, dejas de verla como un trámite administrativo y empiezas a verla como un canal de ventas B2G (Business to Government).
En Mercado Público conviven dos grandes grupos que interactúan diariamente bajo reglas estrictas de probidad y transparencia. La interacción entre estos dos mundos es lo que genera las oportunidades de negocio que en LicitaLAB ayudamos a detectar.
El primer grupo son los compradores públicos. No son entes abstractos; son funcionarios reales (abastecedores, directores de servicio, encargados de adquisiciones) que tienen la necesidad de satisfacer requerimientos para que el Estado funcione. Esto abarca desde la compra de insumos de oficina (resmas de papel, tóner) hasta la construcción de hospitales, pasando por servicios de consultoría, software, alimentación escolar y mantención de vehículos.
Es crucial entender que el comprador público tiene "miedo al sumario". Su prioridad es cumplir con la normativa y evitar problemas con la Contraloría. Por eso, valoran enormemente a los proveedores que presentan ofertas ordenadas, que no cometen errores formales y que facilitan su trabajo administrativo.
El segundo grupo son los proveedores del Estado, es decir, tu empresa. Aquí la diversidad es enorme. En 2025, vimos un auge importante de proveedores que ofrecían servicios tecnológicos y soluciones sostenibles, impulsados por los nuevos criterios de "compras verdes" y economía circular que el Estado está privilegiando.
El Estado no compra de una sola forma; utiliza diferentes mecanismos dependiendo del monto de la compra y de la naturaleza del bien o servicio. Muchas empresas fracasan en Mercado Público por intentar vender sus productos a través del mecanismo equivocado.
Entender cuál mecanismo te conviene atacar es parte de la inteligencia de negocios que promovemos en LicitaLAB. A diciembre de 2025, las reglas se han ajustado para fomentar la competitividad y restringir la discrecionalidad. Vamos a analizar cada uno en profundidad, porque aquí es donde se juega el partido.
Imagina un gran catálogo online, muy similar a un e-commerce tipo Amazon o Mercado Libre, pero exclusivo para organismos públicos. Eso es el Convenio Marco. Es la primera opción de compra para los organismos públicos. Si el producto que necesitan está ahí, deben comprarlo ahí (salvo que encuentren condiciones más ventajosas fuera, algo que se ha flexibilizado recientemente pero sigue siendo la norma general).
Para estar en este catálogo, debes ganar una "Licitación de Convenio Marco". Estas licitaciones son procesos que ocurren cada cierto tiempo (pueden ser cada 2 o 3 años, dependiendo del rubro). Si ganas, quedas "habilitado" en la tienda virtual por la duración del convenio.
La ventaja es inmensa: la venta es rápida, casi automática, sin pasar por nuevos procesos de licitación cada vez.
Si lo que el Estado busca no está en Convenio Marco, el organismo debe llamar a una Licitación Pública. Este es el mecanismo más común, donde se mueve el mayor volumen de dinero en proyectos específicos.
El organismo publica las bases de licitación, que son las reglas del juego: qué quieren, cómo lo quieren, cuándo lo quieren y cómo van a evaluar las ofertas (precio, experiencia, calidad técnica, sustentabilidad, etc.). Tu trabajo es leer esas bases, estudiarlas y armar una propuesta que cumpla con todo y que obtenga el mejor puntaje, de acuerdo al tipo de licitación.
Aquí es vital la gestión. En LicitaLAB siempre recalcamos que una licitación no se gana solo con el precio más bajo; se gana con la oferta más inteligente y que maximice el puntaje según la tabla de evaluación definida en las bases.
¿Qué considerar?:
La Compra Ágil ha sido la gran protagonista de los últimos años y sigue consolidándose como la puerta de entrada favorita para las empresas más pequeñas. Este mecanismo está diseñado para compras de montos menores (actualmente hasta 100 UTM)
Lo maravilloso de la Compra Ágil es su dinamismo. A diferencia de una licitación pública que puede tardar meses en adjudicarse, una Compra Ágil es rápida. El organismo sube el requerimiento, y los proveedores tienen un plazo mínimo (muchas veces 24 o 48 horas) para cotizar.
Esta modalidad de compra es un excelente "semillero". Muchas empresas empiezan ganando compras ágiles para generar flujo de caja y experiencia antes de lanzarse a las grandes licitaciones.
Existen mecanismos que son excepcionales. La Licitación Privada es aquella donde se invita a un mínimo de tres proveedores a ofertar, y el Trato Directo es cuando se contrata a un proveedor específico sin competencia.
Es fundamental que sepas que, con la normativa actual a 2025, el Trato Directo es el mecanismo más vigilado y restringido. Las causales para usarlo (como emergencia, proveedor único, o confianza y seguridad) deben estar extremadamente bien justificadas.
Si tu estrategia comercial se basa en esperar "que te asignen a dedo", estás en un grave error. La Contraloría está encima de estos procesos para evitar corrupción. El Trato Directo debe ser tu última opción estratégica, no la primera.
Para participar plenamente en este mercado, no basta con tener una empresa constituida. Debes estar inscrito y hábil en el Registro de Proveedores.
Se trata de un repositorio digital de información comercial, legal y financiera de todas las empresas que quieren hacer negocios con el Estado. Piénsalo como la "carpeta de antecedentes" o el currículum vitae oficial de tu empresa, pero en la nube y validado por instituciones públicas.
Mantenerse hábil en este registro es un requisito de higiene básico. Muchas empresas pierden contratos millonarios simplemente porque el día de la adjudicación aparecían "Inhábiles" por una deuda inclusive pequeña, pero que se mantuvo en el tiempo.
Ya sabemos cómo funciona Mercado Público en la teoría: hay una plataforma, hay compradores y hay reglas. Pero, ¿por qué algunas empresas ganan siempre y otras se frustran en el intento? La respuesta está en la gestión de la información.
Mercado Público es una fuente inagotable de datos, pero también es una fuente inagotable de ruido. Se publican miles de oportunidades al día. Buscar manualmente entrando con tu Clave única, revisando una por una las notificaciones genéricas que llegan al correo, es ineficiente y peligroso. Se te pasarán oportunidades o llegarás tarde a las preguntas.
Aquí es donde la tecnología marca la diferencia. En LicitaLAB, entendemos que tu tiempo es dinero. No se trata solo de que te avisemos cuando alguien busca lo que vendes; se trata de darte inteligencia de mercado.
Imagina saber, antes de postular, qué organismo paga más rápido, contra quién estás compitiendo habitualmente, qué precios ofertaron tus rivales en el pasado y cuáles son tus probabilidades reales de ganar. Eso no te lo da la plataforma oficial; eso se obtiene procesando y analizando los datos públicos (Big Data) para transformarlos en decisiones de negocio.
Para tener éxito en en Mercado Público, LicitaLAB te entrega:
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