¿Cuál es el objetivo de las Compras Coordinadas?
El objetivo principal es lograr mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos, optimizando los procesos de contratación y generando ahorros gracias a la consolidación de demanda. También se busca:
- Homologar criterios técnicos y administrativos.
- Reducir tiempos y costos de gestión para cada organismo.
- Mejorar el poder de negociación frente al mercado.
- Fortalecer el enfoque colaborativo entre servicios públicos.
¿Qué tipos de compras pueden coordinarse?
Las Compras Coordinadas aplican principalmente a productos y servicios de uso transversal o alta demanda por parte de distintos organismos públicos, como:
- Combustibles.
- Seguros.
- Servicios de telecomunicaciones.
- Equipamiento informático.
- Mobiliario.
- Servicios de alimentación, limpieza o vigilancia.
ChileCompra define periódicamente líneas prioritarias para implementar compras coordinadas.
¿Cómo funciona una Compra Coordinada?
- ChileCompra identifica un bien o servicio que puede ser comprado de forma agregada.
- Se convoca a organismos públicos a manifestar su interés en participar.
- Se realiza un trabajo conjunto para definir los requerimientos técnicos.
- Se publica una licitación centralizada, que puede estar liderada por ChileCompra u otro organismo.
- Una vez adjudicada, cada institución participante emite su orden de compra individual, pero bajo los términos del contrato conjunto.
¿Quién lidera y quién participa en una Compra Coordinada?
- La Dirección ChileCompra puede actuar como organismo coordinador y comprador.
- También puede designar a otro organismo público como comprador centralizado.
- Las instituciones participantes adhieren voluntariamente al proceso, aunque en algunos casos puede establecerse como obligatorio.
- Cada organismo conserva su autonomía para ejecutar la orden de compra, pero bajo los términos acordados colectivamente.
¿Qué beneficios ofrecen las Compras Coordinadas?
Las Compras Coordinadas tienen como ventajas:
- Ahorros significativos en precios por volumen.
- Mejores condiciones contractuales y logísticas.
- Reducción de tiempos de licitación individuales.
- Mayor uniformidad en los estándares de contratación.
- Disminución de errores y reclamos, gracias a una gestión más profesionalizada.
- Fortalecimiento del trabajo interinstitucional y del enfoque de compras estratégicas.